Durante siglos fue difícil decir quienes eran o no alemanes. Partiendo que en la antigüedad los pueblos germánicos se desparramaron por amplias zonas del continente. Dejemos de lado que algunos pueblos germánicos alcanzaron la península ibérica (a partir del 411, suevos y vándalos, y aunque también los alanos cruzaron los Pirineos, estos eran de origen iranio; a partir del 456, los visgodos, luchando contra los tres pueblos ya mencionados, se instalan en España). Dejemos también de lado que los vikingos llegaron a aventurarse en Rusia. Los pueblos germánicos también se instalaron en el este de la actual Francia. De hecho, el nombre de este país proviene del nombre de los francos, un pueblo germánico. El territorio de los francos llegó a ocupar parte del noreste de la península ibérica, el norte de Italia, llegaron hasta el río Oder, que actualmente hace de frontera entre Alemania y Polonia, y el noroeste de la Península de los Balcanes (los croatas y los serbios eran pueblo que pagana tributos a los francos). El imperio franco alcanzó su máxima extensión con Carlomagno. aquí.
En Francia pronto desapareció el idioma de los francos, un idioma germánico, y fue sustituido por el francés, una lengua románica. Pero otras lenguas germánicas subsistieron, y de ellas se derivan los actuales idiomas germánicos. Todas las lenguas germánicas derivan de una lengua ancestral ya desaparecida llamada protogermánico. El inglés y el alemán son las lenguas germánicas más habladas en el mundo.
Hoy en día, el idioma de Alemania es el alemán, pero del cual hay un alemán estándar y variedades altogermánica y bajogermánica. Por supuesto hay otros idiomas germánicos fuera de Alemania, algunos de ellos aún se hablan en Alemania, como el danés, pero otros no, como el noruego.
Para algunos historiadores la compartimentación y división de la historia en siglos de 100 años exactos es completamente inútil. No sucedió nada especial o digno de recordar un 31 de diciembre de 1799 o un 1 de enero de 1800. Los mismo al cambiar del año 1899 al año 1900, o al cambiar de 1999 al año 2000. Los siglos, según algunos, deberían dividirse por períodos de tiempo aproximados pero señalados por acontecimientos notables, como la Revolución Francesa, el inicio de la Primera Guerra Mundial o los atentados de las Torres Gemelas de Nueva York de 2001.
Otros historiadores van aún más lejos: cada país debería tener sus propios acontecimientos claves que marcan hitos en su historia. En la historia de España, con mucha frecuencia, se dice que el siglo XX empezó en el año 1898, cuando se perdieron colonias tan importantes como Cuba y Filipinas.
Si aceptamos este principio como bueno, el siglo XIX en Alemania habría empezado en 1806: el 6 de agosto de ese año abdica Francisco II del trono imperial. Con él termina una larga sucesión de emperadores romanogermánicos desde el año 962.
La caída del Imperio Romano... Germánico no supuso ningún cambio para muchos alemanes que hablaban alemán y estaban fuera del imperio, como los prusianos. En realidad tampoco supuso ningún cambio para el resto de sus habitantes, pues en la práctica cada alemán pagaba sus impuestos al noble o rey del cual dependía. El Primer Reich existía más bien en el aire. Era una especie de entidad supranacional y multilingüe que albergaba a multitud de pequeñas entidades menores, desde países como Austria a monasterios imperiales, ciudades independientes e incluso aldeas.
Todo este panorama cambio bajo el impacto de las guerras napoleónicas. Los franceses conquistaron los territorios de la ribera izquierda del río Rin en 1803. Estas tierras pertenecían a los obispados principescos de Maguncia, Colonia y Tréveris, y los franceses los secularizaron. El arzobispo Karl Theodor von Dalberg de Maguncia retuvo sus estados principescos y su título de elector y canciller del imperio que en tres años más iba a desaparecer. Una gran cantidad de unidades más pequeñas al este del Rin fueron anexionadas y absorbidas por territorios más grandes al este del río con el pretexto de compensarlas por la pérdida de territorios ahora en posesión de los franceses. Los restos de los una vez influyentes estados, como el Palatinado, se desvanecieron de un día para el otro. Se le dieron nuevas identidades a más de tres millones de alemanes y la mayoría de los "pequeños sultanatos" según la expresión mordaz de Barón von Stein desaparecieron.
Los franceses reforzaron a varios estados alemanes del sur (Baviera, Baden y Wurtemberg; hoy estos dos últimos forman el estado de Baden-Wurtemberg) con un contrapeso a Prusia y Austria, pero estas concesiones los hacía, a su vez, más dependientes de Francia. Ahora ya estaba claro que el Imperio tenía los días contados y los esfuerzos del arzobispo Dalberg para reformarlo fracasaron. Se puede decir que estos estados alemanes pasaron de formar parte del Imperio romanogermánico al Imperio francés.
Francia e Inglaterra estaban en guerra desde el año anterior. Los franceses ocuparon enseguida Hanover, que estaba en unión personal con Inglaterra. Esta unión personal empezó en 1714, cuando Jorge Luis de la casa de Hanover ascendió al trono de Inglaterra bajo el nombre de Jorge I del Reino Unido. Desde Hanover los franceses intentaron atacar Prusia, a pesar de que las disposiciones del Tratado de Basilea del 5 de abril de 1795 lo prohibían. Los estados alemanes del sur, oponentes del Imperio que constreñia sus respectivas soberanías, se unieron con sus dueños franceses para atacar Austria en 1805. El 17 de octubre de 1805 Napoleón consiguió una gran victoria en Ulm sobre los austriacos, pero cuatro días después Nelson derrotó a las flotas combinadas de Francia y España en la batalla de Trafalgar. La flota naval británica destrozó a la francesa dejando sin más alternativa a Napoleón que una guerra terrestre en el continente europeo.
Los estados del sur de Alemania fueron recompensados con los despojos del Imperio de los Habsburgos. Baviera y Wurtemberg se convirtieron en reinos, Baden y Hesse-Darmstadt en grandes ducados. La hija adoptada de Mapoleón, Estefanía Beauharnais fue casada con el odioso Carlos, Gran duque de Baden. El Imperio fue disuelto formalmente en 1806 y en julio de ese mismo año, los estados alemanes del sur fueron reorganizados en la Confederación del Rin, una alianza militar con el emperador Napoleón en el papel que el mismo se dio de protector. La mayoría de los estados pequeños fueron absorbidos por sus estados vecinos más grandes (el pez grande se come al chico). página 10.
En Francia pronto desapareció el idioma de los francos, un idioma germánico, y fue sustituido por el francés, una lengua románica. Pero otras lenguas germánicas subsistieron, y de ellas se derivan los actuales idiomas germánicos. Todas las lenguas germánicas derivan de una lengua ancestral ya desaparecida llamada protogermánico. El inglés y el alemán son las lenguas germánicas más habladas en el mundo.
Hoy en día, el idioma de Alemania es el alemán, pero del cual hay un alemán estándar y variedades altogermánica y bajogermánica. Por supuesto hay otros idiomas germánicos fuera de Alemania, algunos de ellos aún se hablan en Alemania, como el danés, pero otros no, como el noruego.
Para algunos historiadores la compartimentación y división de la historia en siglos de 100 años exactos es completamente inútil. No sucedió nada especial o digno de recordar un 31 de diciembre de 1799 o un 1 de enero de 1800. Los mismo al cambiar del año 1899 al año 1900, o al cambiar de 1999 al año 2000. Los siglos, según algunos, deberían dividirse por períodos de tiempo aproximados pero señalados por acontecimientos notables, como la Revolución Francesa, el inicio de la Primera Guerra Mundial o los atentados de las Torres Gemelas de Nueva York de 2001.
Otros historiadores van aún más lejos: cada país debería tener sus propios acontecimientos claves que marcan hitos en su historia. En la historia de España, con mucha frecuencia, se dice que el siglo XX empezó en el año 1898, cuando se perdieron colonias tan importantes como Cuba y Filipinas.
Si aceptamos este principio como bueno, el siglo XIX en Alemania habría empezado en 1806: el 6 de agosto de ese año abdica Francisco II del trono imperial. Con él termina una larga sucesión de emperadores romanogermánicos desde el año 962.
La caída del Imperio Romano... Germánico no supuso ningún cambio para muchos alemanes que hablaban alemán y estaban fuera del imperio, como los prusianos. En realidad tampoco supuso ningún cambio para el resto de sus habitantes, pues en la práctica cada alemán pagaba sus impuestos al noble o rey del cual dependía. El Primer Reich existía más bien en el aire. Era una especie de entidad supranacional y multilingüe que albergaba a multitud de pequeñas entidades menores, desde países como Austria a monasterios imperiales, ciudades independientes e incluso aldeas.
Todo este panorama cambio bajo el impacto de las guerras napoleónicas. Los franceses conquistaron los territorios de la ribera izquierda del río Rin en 1803. Estas tierras pertenecían a los obispados principescos de Maguncia, Colonia y Tréveris, y los franceses los secularizaron. El arzobispo Karl Theodor von Dalberg de Maguncia retuvo sus estados principescos y su título de elector y canciller del imperio que en tres años más iba a desaparecer. Una gran cantidad de unidades más pequeñas al este del Rin fueron anexionadas y absorbidas por territorios más grandes al este del río con el pretexto de compensarlas por la pérdida de territorios ahora en posesión de los franceses. Los restos de los una vez influyentes estados, como el Palatinado, se desvanecieron de un día para el otro. Se le dieron nuevas identidades a más de tres millones de alemanes y la mayoría de los "pequeños sultanatos" según la expresión mordaz de Barón von Stein desaparecieron.
Los franceses reforzaron a varios estados alemanes del sur (Baviera, Baden y Wurtemberg; hoy estos dos últimos forman el estado de Baden-Wurtemberg) con un contrapeso a Prusia y Austria, pero estas concesiones los hacía, a su vez, más dependientes de Francia. Ahora ya estaba claro que el Imperio tenía los días contados y los esfuerzos del arzobispo Dalberg para reformarlo fracasaron. Se puede decir que estos estados alemanes pasaron de formar parte del Imperio romanogermánico al Imperio francés.
Francia e Inglaterra estaban en guerra desde el año anterior. Los franceses ocuparon enseguida Hanover, que estaba en unión personal con Inglaterra. Esta unión personal empezó en 1714, cuando Jorge Luis de la casa de Hanover ascendió al trono de Inglaterra bajo el nombre de Jorge I del Reino Unido. Desde Hanover los franceses intentaron atacar Prusia, a pesar de que las disposiciones del Tratado de Basilea del 5 de abril de 1795 lo prohibían. Los estados alemanes del sur, oponentes del Imperio que constreñia sus respectivas soberanías, se unieron con sus dueños franceses para atacar Austria en 1805. El 17 de octubre de 1805 Napoleón consiguió una gran victoria en Ulm sobre los austriacos, pero cuatro días después Nelson derrotó a las flotas combinadas de Francia y España en la batalla de Trafalgar. La flota naval británica destrozó a la francesa dejando sin más alternativa a Napoleón que una guerra terrestre en el continente europeo.
Los estados del sur de Alemania fueron recompensados con los despojos del Imperio de los Habsburgos. Baviera y Wurtemberg se convirtieron en reinos, Baden y Hesse-Darmstadt en grandes ducados. La hija adoptada de Mapoleón, Estefanía Beauharnais fue casada con el odioso Carlos, Gran duque de Baden. El Imperio fue disuelto formalmente en 1806 y en julio de ese mismo año, los estados alemanes del sur fueron reorganizados en la Confederación del Rin, una alianza militar con el emperador Napoleón en el papel que el mismo se dio de protector. La mayoría de los estados pequeños fueron absorbidos por sus estados vecinos más grandes (el pez grande se come al chico). página 10.
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